miércoles, 3 de marzo de 2010

Chéjov



Nicilás Ilich Beliayev, rico propietario de Petersburgo, aficionado a las carreras de caballos, joven aún - treinta y dos años -, grueso, de mejillas sonrosadas, contento de sí mismo, se encaminó, ya de noche, a casa de Olga Ivanovna Irina, con la que vivía o, como decía él, arrastraba una larga y tediosa novela... (Una pequeñez)







Un nuevo personaje había aparecido en la localidad: una señora con un perrito.
Dmitrii Dmitrich Gurov, que por entonces pasaba una temporada en Yalta, empezó a tomar interés en los acontecimientos que ocurrían. Sentado en el pabellón de Verney vio pasearse junto al mar a una señora joven, de pelo rubio y mediana estatura, que llevaba una boina; un perro blanco de Pomerania corría delante de ella. (La señora del perrito)







Fedor Fedorovitch Sigaef está convencido de la infidelidad de su esposa. Lleno de ira y de aflicción se dirige al almacén de armas Schmuts para comprar un revólver. Su semblante expresa una decisión irrevocable. (El vengador)




Leer los cuentos de Chejov es una auténtica delicia. Ya habéis empezado algunos, ¿no tenéis ganas de seguir leyéndolos?

(Créditos: la primera foto es de René Maltete, la ilustración segunda es de Luciano Lozano y la última es de César del Valle)
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