martes, 25 de agosto de 2009

1001 libros - años 20




Hacía tiempo que no seguía la lista de los 1001 libros que hay que leer antes de morir. Me quedé en los años 20, aquí están:


Años 20

  1. Hebdomeros – Giorgio de Chirico
  1. Passing – Nella Larsen
  1. Adiós a las armas – Ernest Hemingway
  1. Cosecha roja – Dashiell Hammett
  1. Living – Henry Green
  1. Los indeferentes – Alberto Moravia
  1. Sin novedad en el frente – Erich Maria Remarque
  1. Berlin Alexanderplatz – Alfred Döblin
  1. El último septiembre – Elizabeth Bowen
  1. Harriet Hume – Rebecca West
  1. El ruido y la furia – William Faulkner
  1. Los niños terribles – Jean Cocteau
  1. El ángel que nos mira – Thomas Wolfe
  1. Historia del ojo – Georges Bataille
  1. Orlando – Virginia Woolf
  1. El amante de Lady Chatterley– D.H. Lawrence
  1. El pozo de la soledad – Radclyffe Hall
  1. The Childermass – Wyndham Lewis
  1. Cuarteto – Jean Rhys
  1. Decline and Fall – Evelyn Waugh
  1. Quicksand – Nella Larsen
  1. El final del desfile – Ford Madox Ford
  1. Nadja – André Breton
  1. El lobo estepario – Herman Hesse
  1. En busca del tiempo perdido – Marcel Proust
  1. Al faro – Virginia Wolf
  1. Tarka the Otter – Henry Williamson
  1. America – Franz Kafka
  1. Fiesta – Ernest Hemingway
  1. Blindness – Henry Green
  1. El castillo – Franz Kafka
  1. El buen soldado Švejk – Jaroslav Hašek
  1. La serpiente emplumada – D.H. Lawrence
  1. Uno, ninguno y cienmil – Luigi Pirandello
  1. El asesinato de Rogelio Ackroyd – Agatha Christie
  1. Ser norteamericanos – Gertrude Stein
  1. Manhattan Transfer – John Dos Passos
  1. La Sra. Dalloway – Virginia Woolf
  1. El gran Gatsby – F. Scott Fitzgerald
  1. Los monederos falsos – André Gide
  1. El juicio – Franz Kafka
  1. La casa de los Artamonov – Máximo Gorki
  1. La casa del profesor – Willa Cather
  1. Billy Budd, marinero – Herman Melville
  1. The Green Hat – Michael Arlen
  1. La montaña mágica – Thomas Mann
  1. Nosotros – Yevgeni Zamyatin
  1. Pasaje a la India – E.M. Forster
  1. The Devil in the Flesh – Raymond Radiguet
  1. La conciencia de Zeno– Italo Svevo
  1. Cane – Jean Toomer
  1. Danza de sátiros – Aldous Huxley
  1. Amok – Stefan Zweig
  1. The Garden Party – Katherine Mansfield
  1. The Enormous Room – E.E. Cummings
  1. El cuarto de Jacob – Virginia Wolf 1922
  1. Siddhartha – Herman Hesse
  1. The Glimpses of the Moon – Edith Wharton
  1. Life and Death of Harriett Frean – May Sinclair
  1. The Last Days of Humanity – Karl Kraus
  1. La vara de Aaron – D.H. Lawrence
  1. Babbitt – Sinclair Lewis
  1. Ulises – James Joyce
  1. El zorro – D.H. Lawrence
  1. Los escándalos de Crome – Aldous Huxley 1921
  1. La edad de la inocencia – Edith Wharton
  1. Calle mayor – Sinclair Lewis
  1. Mujeres enamoradas – D.H. Lawrence



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martes, 18 de agosto de 2009

Por qué leer los clásicos



En medio de la lectura de Los miserables, cuando ya llevo 1000 páginas y me quedan unas 700 más, me ha venido a la cabeza este libro de Italo Calvino que leí hace tiempo.
Se trata de una recopilación de artículos en los que comenta y analiza una serie de obras que el considera "sus" clásicos: Stevendon, Borges, Homero, Pasternak... . A través de ellos intenta dar respuesta a la pregunta del título. Sobre todo me gusta esta frase: "cuanto más crees conocerlos de oídas, más nuevos, inesperados e inéditos te parecen cuando los lees".

No es un libro para leer de un tirón, pero no está mal para echarle un vistazo de vez en cuando.


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miércoles, 12 de agosto de 2009

Saber perder





Sylvia cumple dieciséis años el día en que comienza esta novela. Para celebrarlo organiza una falsa fiesta que sólo tiene un invitado. Horas después sufrirá un accidente que significará su entrada en la vida adulta. Su padre, Lorenzo, es un hombre separado que trata de superar el abandono de su mujer y el fracaso laboral. Ariel Burano es un joven jugador de fútbol que deja Buenos Aires para fichar por un equipo español. Con su superdotada pierna izquierda, será cuestión de tiempo que el estadio coree su nombre. Y tiempo es lo que no tiene el anciano Leandro, que vive en esa época donde casi todo se derrumba. Éstos son los cuatro personajes principales de Saber perder. Con las relaciones entre ellos se trenza un relato de supervivientes, de poderosa pegada narrativa y rico en matices.


Es muy gratificante empezar un libro sabiendo que te va a gustar y ver cómo a medida que avanza se van confirmando las espectativas. Esto es lo que me pasa a mí con David Trueba, sus libros no me decepcionan. Este en concreto trata, como dice la sinopsis, de cuatro protagonistas bien diferentes que comparten un momento de sus vidas: se entremezclan, se unen, se separan, se parecen, se encuentran y se alejan. Son personajes pero parecen personas.
Es un buen libro para los últimos días de agosto, aunque aviso que tiene un tono bastante melancólico.


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miércoles, 5 de agosto de 2009

Los que no (2ª Parte)



Dos libros que no me han gustado nada, pese a que los he terminado (casa que no suelo hacer con un libro que no me motiva):

- El asombroso viaje de Pomponio Flato: Es el único libro que no me ha gustado de Eduardo Mendoza. Tampoco los he leído todos. Tiene un personaje protagonista parecido al que desvelaba los misterios de la cripta embrujada, del laberinto de las aceitunas o del tocador de señoras, sólo que éste es romano y vive en la época de Cristo, pocas diferencias más. Los rasgos humorísticos no me han hecho gracia y la trama es tan simple que no engancha. Es original su visión de un Jesús niño, eso sí. Pero de todas formas, una pérdida de tiempo.


- Casi la luna: Supongo que Alice Sebold, su autora, quería repetir el éxito de Desde mi cielo con otra novela de tema transgresor. Si en el anterior libro era la violación de una niña, es este se trata del asesinato de una anciana a manos de su propia hija. El problema en este caso es que la protagonista muestra un comportamiento incoherente que no aporta nada a la historia, el personaje no tiene sentido y la trama se desmorona por repetitiva e incongruente. Además los saltos temporales en vez de agilizar la acción, la ralentizan. Lo que debería ser una novela de fácil consumo se convierte en un tostón.

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